SONETO.-
Harto de contratiempos noche y día
no resulta agradable la existencia,
y gracias que robusta la paciencia
de frente hay que tirar con ironía.
Por eso nadie ya de Dios se fía,
de forma que al mostrarnos en esencia
dejamos entrever la prepotencia
que del humano aquí esperar cabría.
Por eso ya no valen hoy los cuentos
que nos quiera colar cualquier tirano
cuando pretende machacar al pobre,
si al conducir alegre su seiscientos
a trabajar se marcha tan ufano
que la fe poco importa, aunque no cobre.-
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