Soneto.-***
Hoy tengámoslo siempre muy presente
que si nos engatusa un mentiroso,
bien disfrazado con la piel del oso,
sin corazón nos clavará su diente.
Aunque si se pasara de imprudente
de casi nada servirá su acoso,
si de pronto le juzgan por tramposo
y en la trena acabara de repente.
Porque la vida del corrupto acaba
a menudo explotando en sus narices,
por más que no devuelva lo robado
a todo aquel a quien estrangulaba,
dejándole marcadas cicatrices
al no poder pagarse un buen letrado.-
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