Soneto.-
Que de mi tumba no florezca, quiero,
ningún clavel al lado de la fosa,
si nadie se acercó con una rosa
a mi alma, sin pedirme algún dinero.
Que si en vida me ande con mucho esmero
tratando de encontrar alguna diosa,
sólo pedí que fuera cariñosa
y su arrebato joven y sincero.
Pues las flores no sirven ya de nada
cuando ves que el amor igual se olvida
hasta que llega díscolo a la muerte,
porque si el corazón se desagrada
de callos al final su piel curtida
nadie en el mundo cambiará su suerte.-
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