MUCHAS VECES CALLAR...
Muchas veces callar cuesta trabajo
cuando se escuchan tantos disparates,
que si no fueran motivo de debates
diría yo, que viva el desparpajo.
Que por nadie a piñazos yo me fajo
ni que me tire por detrás tomates,
o que el oro me den de cien quilates
si igual todo me importa ya un carajo.
Será que charlatanes a montones
háylos largando siempre a brazo partido
sin morderse la lengua tan siquiera,
quizás porque al mostrarse cabezones
a sus precarias vidas dan sentido
aunque no salga el sol por Antequera.-
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