POCO ME GUSTA HABLAR DE AGITADORES
Poco me gusta hablar de agitadores
a sueldo, de las masas vulnerables,
cuando siendo elementos insaciables
por el poder defienden sus colores.
Si es que vociferando pormenores
están dispuestos a empuñar los sables,
con actos desde luego detestables
típico de alimañas y roedores.
Pues con tanto agitar la coctelera
dieron con las recetas apropiadas
para lograr un mogollón de votos,
en una Andalucía zalamera
con las expectativas agotadas
y los criterios sanos todos rotos.
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