FÁCIL QUE NUESTRA ANGUSTIA...
Fácil que nuestra angustia existencial
se deba a nuestra falta de talento,
a un exceso vital de sentimiento
que al corazón le sienta ruin y mal.
A saber si resulta natural,
que remando a menudo contra el viento
temanos que nos falte el alimento
y nos entre zozobra espiritual.
Quizás temiendo estemos un destino
incierto, porque faltos de evidencias
qué será del mañana nadie sabe,
puesto que retorciéndose el camino
mayores han de ser las reticencias
que la mente hollarán, qué duda cabe.-
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