SONETO.-
No me gusta el hermano que enloquece,
aunque evito creer como Dios manda
que quien su mente a gusto la desanda,
será porque tampoco le apetece.
Pues como víctima, tal vez se ofrece
que cariño sin crédito demanda,
como castor que por las nubes anda
queriendo ver que el cielo se merece.
A solas al final se las compone
porque nadie soporta sus manías
crudas sí, pero nulas de sentido,
cuando a retar al mundo igual se pone
con sus meticulosas fantasías
sin dejar de sentirse deprimido.-
Luis Pérez.-
|