SONETO.-
Sin distinguir la paja aún del grano
a cumplir lo pactado me dispongo,
porque sobre la mesa mi mondongo
muestro con su talante campechano.
Será que aún mi corazón muy sano
se duerme a la sazón fresco y cachondo,
sin tener que aguantar ningún rezongo
que de gratis le llegue de antemano.
Será que falto yo de expectativas
hacia el final de mi existencia voy
víctima del cansancio y de la lucha,
pues siendo mis ganancias tan esquivas
sin un doblón y descompuesto estoy
huyendo del sedal como una trucha.-
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