LA CONCIENCIA...
La conciencia alimenta la amargura
cuando cascando al hoyo nos conduce,
siempre que por la mente se nos cruce
que esté el amor exento de factura.
Pues por aprovechar la coyuntura
en un gran socavón nos introduce,
y a pensar en la mala suerte induce
si dicha maldición cien años dura.
A saber si perdiendo la cabeza
tan sólo en disfrutar piensa la gente
que de rezar se olvida a Dios bendito,
porque una vez metida en la maleza
zarza por gusto apenas si se siente
ni atención se le presta al requisito.-
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