Dormir, que lindo sueño
si me duermo pensando en fantasías,
cerrar los ojos en la tarde santa
y sentir florido, calmado empeño.
Dormir, viendo nuevos horizontes
y cerrar los ojos con sentimiento,
sentir las voces que ulula el viento…
la fresca almohada, la voz de amores,
el libro abierto, la miel dorada
y el barco azul del pensamiento.
Soñar tranquilo el cielo abierto
de flor en llama
de cien ventanas y un árbol cierto,
y estar despierto en ese sueño
en el letargo de un mar incierto.
Surgir entonces en los oleajes
y ser el hombre de mil batallas
la dulce torre de los honores
cruzar los mares, las atalayas
y en las marismas… al abordaje.
Soñar despierto con nuevos puertos
en donde la barca emprenda el viaje
a mares hondos de azul celaje
de luz y sombra de un nuevo día
de casta aurora
y surja ileso en el peregrinaje.
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