SONETO.-
Los prejuicios circulan por mis venas
como camina Pedro por su casa,
tanto que mis defensas las arrasa
si alerta no mantengo las antenas.
Será que estando atado con cadenas
observar no me dejan lo que pasa,
y de serrín me vuelve la carcasa
que no le deja liquidar las penas.
Y es que lo que se mama de pequeño
utilizando escoplos y martillos
hoy ni escapando de un ciclón se olvida,
pues de mis decisiones no soy dueño
aunque parezcan trabes muy sencillos
que amargarme me amargan bien la vida.-
|