SONETO.-
Quien me mire y observe con recelo,
no le voy a negar cuantas razones
tenga para acusarme de marrones,
que quien sabe, caer caigan del cielo.
Quien sabe si poniendo mucho celo
mientras pienso me pisan los talones,
y a menudo me dan de cachetones
hasta que se me caiga todo el pelo.
Será que amigo fui yo más que padre
y por eso a distancia de los curas,
al hijo lo eduqué con mis principios.
Por eso mismo que ni Dios me ladre
por ninguna razón a estas alturas,
que críticas así son todo ripios.-
Luis Pérez.-
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