Te puedo escribir mil cosas
como yo hubiese querido
con pasión, con entereza…
y sentados junto al río
con la historia del pasado,
y con voz tal vez discreta
decirte dos mil leyendas
y un informe apasionado.
Te puedo llevar a cuestas
o estar sentado contigo
en las calles polvorientas
como si fueras yo mismo.
Caminar con paso a tientas
y ser en todos tus tiempos
el sol de cada atavismo
y ser entonces tu amigo.
Te quiero decir secretos
e inusuales amoríos,
y juntos navegar
los mares y todos los ríos.
Subir a altas montañas,
a pinares y a atalayas
y a estar siempre contigo
al despuntar las mañanas.
Te puedo decir al oído
cosas jamás escuchadas
como el vaivén de los vientos
y los silencios dormidos
te puedo cantar mil coplas
con las guitarras del tiempo
te puedo escribir con sangre
y luego llevarte a mi templo.
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