Tiempo y fantasías tenía el mar
intenso de mis días
profundos del pasado
y en ese acontecer de luces,
de rocas, de perlas y de sombras
brotaron como espumas misteriosas
los momentos de nuevas alegrías.
Eran tiempos tranquilos y risueños
de noches fugitivas y sinuosas,
de copas embriagantes
vertidas con ensueño
y damas en verdad muy insinuantes
perdidas tal vez en los senderos.
Cuanta levedad en las pasiones
de las tardes fantasiosas del encanto
despeinaron mi cabeza tantas cosas
y las coplas y los bailes entre tanto.
Eran mis días
el espejo del spleen que no se acaba
en los fines de semana
y soltero al fin, yo trabajaba,
para gozar la fiesta… de otra semana.
La parranda era sin fin
y con el alma puesta en castañuelas
en los teatros de revista
mi bandera levantaba muy optimista
al cerrarse alegre la zarzuela.
La fiesta interminable se vestía
de emociones y aturdimientos vanos
y tomaba los caminos del placer
y la alegría con rigor, siempre a dos manos
en un aquelarre de artificio loco.
Pero entre tanta… pachanga y fantasía
se me ocurrió viajar a Chiapas… un nuevo día
y en las cosas curiosas que uno nunca sueña
mi corazón cayó rendido
en las redes de una linda moza
¿y saben una cosa?
desde hace medio siglo, ya tiene dueña.
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