Hay que saber apreciar,
lo que Dios nos facilita.
Hay que saber aceptar,
lo que la vida nos quita.
Hay que saber perdonar,
sin olvidar los errores.
De aquellos, que por amar,
nos pagaron con traiciones.
Hay que saber que un amor,
nos traspasa siempre el alma.
Y ese ha de ser el patrón,
que los demás nunca alcanzan.
Hay que saber sollozar.
Hay que saber sonreír.
Y aquel que te jure amar,
¡jamás le debes mentir!
Hay que saber que la vida,
es tan solo una ruleta.
Con fuertes cuerdas que tiran,
¡de ti que eres marioneta!!
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