SONETO.-
Mirando en la distancia mi congoja
de reojos apenas si la entiendo,
puesto que si de nadie ya dependo
hacer podría cuanto se me antoja.
Será que mi sesera nunca afloja
y mis creencias caras ya las vendo,
hasta tal punto que al salir corriendo
observo que mi cara se sonroja.
Por eso en el vacío del presente
me sumerjo con pocas esperanzas
de encontrarle un sentido ya a mi vida,
pues con la realidad muy de frente
me choco, contemplando las matanzas
que anuncian por doquier la despedida.-
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