SONETO.-
Quien suele echar pestes por la boca
a la primera pierde los estribos,
criticando a los muertos y a los vivos
tal que hubiera esnifado algo de coca.
Será que la cordura nos sofoca
y a vivir nos obliga tan cautivos,
que al tener los decretos restrictivos
el odio en las entrañas nos provoca.
A saber si en el mundo somos tantos
que a saber si sobrar sobramos muchos
y los más pobres pagan la tostada,
que a diario mueren ni se sabe cuántos
quizás porque en robar no son muy duchos
y de sus tierras salen en manada.-
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