YO PUDE
Yo pude acariciar el blanco nido
en horas muy febriles de la vida
decirle al corazón cosas ardientes
y ser en alba causa
el nuevo defensor de lo vivido.
Subir hacia el cadalso
hoy, como hombre que ha sido sentenciado
por notas de placer y la amargura
en horas del presente y del pasado
en causas muy injustas, con premura.
Yo pude claudicar del sufrimiento
con libro siempre abierto y muy profundo…
y buscar la razón, el condimento
de los labios que me dan
preludio de la vida y alimento.
Yo pude así remar contra corriente
en los tiempos de viejos desafíos,
y muy preclaramente
llevar mi nave a azul a nuevos mares
y penurias de nuevos amoríos.
Yo pude ser el viento que conmueve
muy alegre las aguas de los ríos
y estar en los momentos
de aquella arribazón que en los oleajes
llevan peces en graves desvaríos.
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