SONETO.-
CON LA SONRISA EN LOS LABIOS
Lejos estoy de producir agravios,
si al demostrar con toda mi bondad
no pudiera ofrecerte mi amistad,
con toda la sonrisa de mis labios.
A gusto tomo los consejos sabios
cuidando que ninguna vanidad
me cargue la cabeza de ansiedad
y desde luego el alma de resabios.
No me guardo razón interesada,
tras la que yo proponga cruel ayuda
aprovechando el crítico momento,
porque me guste verte abandonada,
dejando el alma de dolor desnuda
rogando de favor algún aliento.
|