Quiero robarle a la noche
sus fantasmas, sus misterios
y de las chozas sus palmas
y ciertas ofrendas del tiempo,
también enrejadas ventanas
con sus mujeres tendidas…
las madrugadas de Pascua
y del bosque… azahares y lilas.
Quiero sembrar en el tiempo
las prisas que llevo en el alma
las muchas palabras rendidas
sin ruta, sin flores, sin agua.
Cruzar las paredes con calma
y estar desgranado en la tierra
cual fruta que pide su riego
o árbol sembrado en la sierra.
Hoy quiero perderme en el goce
del hombre que enciende un lucero
con rimas, con notas floridas,
versos que enciendan los fuegos
con bosques dormidos y sauces
y todas las flores de huertas
que llenen del mundo veneros
y mil sueños de vidas despiertas.
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