SONETO.-
Aguja en un pajar jamás se encuentra
o al menos muy difícil lo parece,
y menos si en buscarla uno se centra
cuando de luz y juicio se carece.
Pues posibilidades nunca ofrece,
que en un lugar cerrado y tan oscuro
con un tesoro nadie se tropiece
si los hábitos tiene del canguro.
Quiera Dios satisfecho del apuro
salga quien por palurdo pierda el tino,
y en caso de chocarse contra un muro
consiga ver la meta en su camino.
Así será que peces de colores
ricos nos nos regalan sus sabores.-
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