Soneto Cautivo.-
No es la prepotencia
plato que saboree con agrado,
sino que me produce gran enfado
reconocer quizás que la sufro de herencia.
Y a menudo me quema cantidad la conciencia
el verme por la buenas relajado,
sabiendo bien a postas que he pecado
por cualquier menudencia.
Pues así se me muestra de atrevida
mi concienzuda mente, al desdoblar el ego
ante una situación inesperada,
que razón no le falta viéndose tan perdida
entre tanto inaudito desapego
que ni dormir consigue tan desesperanzada.-
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