SONETO.-
Huyendo del jaleo y del asfalto
a menudo me voy a la montaña,
donde circulo con bastante maña
donde a placer divago, corro y salto.
Yo no soy que digamos gordo y alto
pero riscos escalo como araña,
que con muchas maniobras ya se apaña
para clavar sus dientes al basalto.
Así que no propago más mis quejas
que ciezos no me faltan por ahora
a la par repartidos por el mundo,
donde a veces lustrosas comadrejas
con su tremenda labia seductora
adornarse se adornan sin decoro.
|