HOY DÍA
Hoy día las virtudes confucianas
de bondad, por un lado, y rectitud
por otro, suenan a lo sumo vanas
en las mentes de nuestra juventud.
Amargarse no vale ya la pena
a estas alturas, creo, de la vida,
pues todo descontrol nos envenena
sin que ningún milagro nos lo impida.
Pudiera ser que siendo recurrentes
a diario y a propósito los fallos,
nos convenga mostrarnos más prudentes
y que nadie nos pise más los callos.
Y es que ni siendo expertos navegantes
avalados tendremos los diamantes.-
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