SONETO CAUTIVO
Cumpliendo mis promesas
muy a menudo pago un alto precio,
hasta llegar a parecer un necio
que muy a su pesar no evita las sorpresas.
Pues hay veces que pienso emprender grande empresas,
cuando reo del sabio menosprecio
a lo loco me tiro del trapecio,
sin medir las traviesas.
Hoy en reposo observo mi futuro
mirando desde lejos la casta de los toros
delante de los cuales no me tiro,
quizás porque me siento ya bastante maduro
y no quiera perderme los tesoros
por los que todavía bien seguro respiro.
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