Yo puedo abastecer mi corazón
de muchas lunas encendidas en la noche
y de grandes soles
que incendian la jornada con tu arte
para zurcir las túnicas doradas de los tiempos
que ilustren la jornada
tan lírica y augusta de tu goce
y todos los momentos de adorarte
Yo puedo abastecer tu pensamiento
de ufanas rosas otoñales
crecidas con rumor en tus ventanas
para adornar tu frente
y el paso señorial de ruiseñores
que cantan rapsodias venerables y felices
cuando ven pasar pausadamente
tus días tan gratos… sin deslices.
Yo puedo dedicarte sinfonías
en el trono incorpóreo de los tiempos
y fabricar puntual relojería
y así medir tus pasos, tus rutinas, la suma
febril versicolora de lamentos
y estimular tus suspiros, tus cantos y quejidos
en tu vida de heroico señorío
y el rezo de nuevos sacramentos.
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