A LA DESESPERADA
A la desesperada lanzo a veces
sobre la mar sin éxito el anzuelo,
sabiendo que mis cálculos con creces
zafios fracasarán faltos de celo.
Pues sin pisar jamás mis pies el suelo
confiados caminar no deberían,
por evitar le tomen hoy el pelo
cuando de todo credo desconfían.
Será que si los cables se me lían
y calcular no logro los peldaños,
mis palabras inútiles serían
más y más con el paso de los años.
O será que al no fiarme de este mundo
a solas con mis cábalas me hundo.-
|