DÍA SÍ, DÍA NO
A menudo feliz me las prometo
cuando a solas respiro libertad,
aunque amando mi enorme soledad,
día sí, día no, la pata meto.
Y llevarlo no logro yo en secreto
siendo un acto inconsciente de bondad,
que agitado con restos de ansiedad
me pueden sacudir el esqueleto.
Pues igual la razón también me asiste,
valorando también que la familia
si bien lejos está, mucho mejor.
Y es que cuando se juega así al despiste
se vive en un estado de vigilia
aunque al alma le falte su calor.-
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