SONETO.-
Mi orgullo lastimado de por vida
hoy se torna rebelde, ya te digo,
y aunque tal vez venganza no persigo
negarlo, igual, resulta de suicida.
A mí que nadie más las gracias pida
porque leal a mis principios sigo,
y que conste que a nadie yo maldigo
aunque mienta buscando una salida.
Pues sin poder negar mi procedencia
mis orejas se vuelven a la par
alertas ante tantos disparates,
que aguantando mentiras e inclemencias
de quienes acudiendo ante el altar
hasta el fin continúan sus combates.-
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