VIOLENCIA DE GÉNERO
De rencor y de insólitas maneras
se alimenta el salvaje que maltrata,
cada vez que golpea con su pata
a quienes dice son sus compañeras.
Y que por siempre ondeen las banderas
allá donde hasta el viento se desata,
pero donde en ningún caso se mata
desatando el rencor de sus seseras.
Porque a golpes a nadie se maltrate
en detrimento de su propia vida
si el resquemor se ha de llevar consigo,
pues habrá que romper el acicate
que evite el vil disfrute de la herida
más allá del pensar en el castigo.
|