ACEPTAR LAS DESGRACIAS
Aceptar las desgracias mucho ayuda
hoy a que no nos hunda la siguiente,
pues tenerlo conviene muy presente
que a quien gobierna el mundo se la suda.
Por eso a m que nadie me sacuda
si por mostrarme noble y transparente,
al instante me coge la patente
y ante cualquier barbaridad me eluda.
Pues parte del ganado soy y somos
hoy todos si nos vamos a mayores
escuchando el tronar de las trompetas,
cuando siendo tratados como cromos
castaazos nos dan de mil amores
quienes quiera presuman de profetas.-
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