SONETO.-
Cuando el amor despierta las pasiones
al instante se cuelga los laureles,
tanto que las caricias son de mieles
y rabian de placer sus emociones.
Por eso al palpitar los corazones
de mil amores cambian los papeles
puesto que siendo a sus antojos fieles
consigue disfrutar sus bendiciones.
Y no se cansarán de andar los pies
al lugar donde brille la belleza
mientras huelan el mágico deseo,
al no existir un antes ni un después
los que le comuniquen a su Alteza
que el amor nos sonríe, ya lo creo.
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