CUANDO SE NOS VA LA OLLA
Cuando a menudo se nos va la olla
resulta que las neuras se revientan,
quizás porque si al diablo igual se enfrentan
comiendo se verán pan con cebolla.
Pues como puede cada cual se apoya
en los satélites que más calientan,
que si malos augurios se presentan
al más pintado la tormenta arrolla.
Y es que si algún fantasma nos persigue
será que la catástrofe está encima,
y suerte habremos de tener si vivos
un remedio no existe que mitigue
el desastre ambiental que se aproxima
en mitad de sucesos tan lesivos.
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