SI LA DICHA SE EXTINGUE EN UN INSTANTE
Ni cuando tu mirada se enternece
agradarle podría a mi semblante,
que la dicha se extingue en un instante
y disfrutar a medias se le ofrece.
Porque si la razón no me estremece
por más que tu mirar me soliviante,
nunca conseguiré ser comediante
cuando tanto desaire permanece.
Y es que aunque me tapone los oídos
perfumando mis brazos de jazmín,
la risa de tus labios será poca
si quisiera evitar los alaridos
y agasajar la flor en mi jardín,
cuando escuchar tu nombre me trastoca.
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