SONETO.-
A los infiernos bajo yo a menudo,
queriendo constatar que de consuelo
la experiencia me sirva, si del cielo
que ofrecen los prejuicios me sacudo.
Será que confundido me desnudo
y a riesgo de quedarme aun sin pelo,
en aclararme pongo poco celo
obviando que me nieguen el saludo.
Pues del mal que se sufre igual se aprende
al menos a correr siempre en alerta
sin permitirse hacer jamás el ganso,
que quien barato sus virtudes vende
si es que con pesadillas se despierta
tan mal no le vendría un buen descanso.-
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