SONETO.-
Lejos del arrebato del amor
aún no acaba de aclararse el alma,
será que huyendo siempre del dolor
casi nunca se encuentra con la calma.
Pues quitar de su lado las cadenas
puede que no resulte suficiente,
porque grandes y crueles son las penas
que a diario dañan sin cesar mi frente.
Decirlo me resulta doloroso,
y tanto que negarlo no podría
porque no quiero ser un mentiroso
del que toda la gente igual se ría.
Razones tengo yo para huir del lío
si el pecado tal vez no fuera mío.-
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