SONETO
LA FORTUNA
Cuando nos da la espalda la fortuna
a la pésima suerte maldecimos,
deseando pirarnos a la luna
sin recordar el día que nacimos.
Pues siendo víctimas de tantos timos
a diario requerimos de defensas,
que si castigos múltiples sufrimos
fácil que duerman las neuronas tensas.
Ojalá se olvidaran las ofensas
que llenas de venenos encajamos,
sabiendo que los cazarrecompensas
listos están si distraídos vamos.
Quiera Dios que principios y valores
atajen del cerebro los rencores.
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