SONETO
Un cuento debe ser la vida eterna
que nos quieren vender los centuriones,
jugando con afectos y emociones
de forma que parezca tan fraterna.
Habrá que ver si por gestión paterna,
del cura aprehendimos sus sermones
a base de rompernos los riñones,
ya fuera con el palo o con la pierna.
Pues logrando vendernos el infierno
sobre la tierra hincamos las rodillas
y en la guerra el pellejo nos jugamos,
de tal manera que ningún gobierno
ante su pueblo expone las mejillas
ante lo cual merezca le aplaudamos.
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