SONETO
No me resulta grato que se diga
que mis ojos evitan tu mirada,
porque al verte en secreto tan callada
el corazón me explota de la intriga.
Ojalá que tu sueño me persiga
y a visitar se atreva mi almohada,
que sintiéndote alegre y encantada
contigo nunca pueda la fatiga.
Porque despierto ansié seguir tus pasos
aquella noche, Dios, de luna llena,
siguiendo sólo el rastro de las flores,
tanto que sin pensar en los fracasos,
y muchísimo menos en la pena,
te amaré con pasión de mil amores.
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