SONETO ALEJANDRINO
Durante media vida por los mares curtido
aprendí lo que vale ganarse las lentejas,
bien cazando holgazanes, otras veces almejas
siempre que por las olas no fuera sorprendido.
Y mira tú que siendo por mi duende advertido,
en un ribete estuve de perder las orejas,
sin que jamás sirvieran argumentos ni quejas
que a pasar me ayudaran tan desapercibido.
Muy cierto resultaba que en medio de la mar
perder no se podía el temporal de vista
y aún bastante menos al fortuito tunante,
por lo que en todo instante ver,oír y callar
igual garantizaba seguir sobre la pista
de cuanto se estimaba podría haber delante.
|