SONETO ALEJANDRINO
En alto se detengan por favor las espadas,
como según parece hoy en las dos Coreas
las cosas no resultan de momento tan feas
si de acuerdo se ponen ya los dos camaradas.
Será que habiendo diálogo las sectas enfrentadas
a reconsiderar dedican sus ideas,
dejándose de absurdas e inútiles peleas
para que en paz disfruten sin hacerse trastadas.
Ojalá tanto esfuerzo sirva de compromiso
para que vivir puedan igual de satisfechos
aparcando del todo viejas enemistades,
sin que nadie se deba quizás sentir remiso
y menos resentido recordando los hechos
que antaño produjeron tantas calamidades.
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