SONETO
Para poder hablar de la bondad
habrá que haber sufrido su carencia,
porque nadie tendrá la potestad
de obviarla sin asirla en su conciencia.
Que bueno es conocer la diferencia
que existe al defenderla con la vida,
cuando según nos dicta la experiencia
quien sabe, si no cabe otra salida.
Que nadie sus preámbulos liquida
sin ponerlos a prueba previamente,
puesto que si un ciclón nos intimida
perder se pierde todo referente.
Por eso duele tanto ser sinceros
cuando el pelo nos toman los banqueros.
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