El trópico te asombra y embelesa...
sus tonalidades verdes,
las nubes y las garzas,
los ríos impetuosos,
las lagunas inmensas,
las aves multicolores,
la selva, la sabana,
las ceibas, los cedros, las caobas,
es el festín del amor y
en el Edén se manifiesta.
Es el trópico tabasqueño,
que se viste de gala,
que te asombra la pupila,
y te engalana con su canto.
Es Natura en su esplendor
que te recuerda que
no eres su dueño,
sino un simple observador
de las maravillas
del Señor de la Creación.
Lo bueno que tenemos
casi no se cuenta...
¡Pero cuenta mucho!
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