SONETO
Jamás abandonemos la sonrisa
que la vida resulta corta y breve,
que quien a disfrutar nunca se atreve
su propia sombra por pudor se pisa.
Será que mucha gente de esta guisa
a sus propios principios hoy se debe,
y por más que en la sierra llueva o nieve
por medrar no se cambian de camisa.
Quizás no exista nunca un tratamiento
que de en medio nos quite a los cretinos
y que surta a propósito eficacia,
pues víctimas ya somos del tormento
si importando al sistema tres pepinos
el más allá supone una falacia.
|