SONETO
Por llamarle al pan, pan, y al vino vino,
no cosecho excelentes relaciones
porque solucionando mis marrones
muy dueño a solas soy de mi destino.
Cierto será que yendo de camino
reprimidas están mis emociones,
al no poderme fiar de los bribones
que tanto apuestan por cambiar mi sino.
Porque la dignidad no pongo en venta
a ningún precio, cueste lo que cueste
escribo en mis poemas lo que siento.
Quien sabe si pasando los setenta
no me importa que nadie se moleste
por lo que ardiendo bulla ya en mi aliento.
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