SONETO
Cuando el sol nos alumbra con sus rayos
vemos cuanta miseria nos rodea,
sin importarnos dónde coño sea
ni el cómo se producen esos fallos.
Ya sé que existen lúcidos lacayos
que al atacar sin que ni Dios los vea,
a los hombres la vida ponen fea
al causarles inhóspitos desmayos.
Valga decir también, y lo lamento
que quien a las serpientes hoy provoque
que no pretenda retozar tranquilo,
porque como el relámpago el tormento
campará por doquier, y donde choque
a todo el mundo mantendrá ya en vilo.
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