SONETO
Una terrible incertidumbre corre
mezclada con su sangre por mis venas,
no creo que sus huellas nunca borre
si grabadas me deja bien las penas.
A manos no dispongo de remedio
que de este disparate me libere,
cuando duro resulta tanto asedio
y ya resulta que ni Dios me quiere.
Que bastante atención presta al malvado
cuando débil la víctima jadea,
que si sin ilusión se ve tirado
con mayor desparpajo va y se emplea.
Será que la mayor indiferencia
carece de la mínima decencia.
|