SONETO
Perro faldero igual salta de vicio
debajo de las corvas de su dueño,
que aun pareciendo tanto amor ficticio
ya lo agradece tal que fuera un sueño.
Ni que decir merece aquí la pena,
que macho mujeriego justo sigue
estas pautas y al juego se encadena
aunque a las damas en cuestión fatigue.
Así funcionan muchos anfitriones
aparentando a sus caprichos fieles
después de conseguir lo que pretenden,
y tanto que bastantes mogollones
se forman al perderse los papeles
que a toda dama que engatusan venden.
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