SONETO
POLVO SOMOS
De la tierra me dicen que venimos
y a la tierra seguro que volvemos,
por muchas vueltas que quizás le demos
al recordar cuan impotentes fuimos.
Y es que sin excepción todos morimos
constatando los puntos más extremos,
de los cuales juiciosos aprendemos
que nos encanta agradecer los mimos.
Y grande es el milagro de la vida
mientras no hayamos de estirar la pata
a la sombra de lúgubres laureles,
pues si no existe nadie que lo impida
quizás un ángel toque una sonata
y nos deje bucólicos claveles.
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