SONETO BLANCO
Reír de todo es propio de los tontos,
pero de necios bien pudiera ser
también el no reír jamás de nada
por falta de motivo suficiente.
Porque nunca de más está una broma
si alegrar nos alegra un poco el día,
viendo que en cantidad de situaciones
amargar nos amargan el futuro.
Y ojalá que llegando a los ochenta
por nuestras propias piernas nos valgamos,
sin tener que pedirle ayuda a nadie,
porque sin importarnos el destino
nos tomemos la vida con humor
aún es un decir de lo posible.
|